Publicado por Diario de Noticias.
LA N-113 ESTÁ CERRADA POR INUNDACIÓN Y LA AUTOVÍA DEL CAMINO, POR DESPRENDIMIENTOS
En la red secundaria, permanecen cercadas las carreteras Estella-Vitoria, Muniáin-Morentin y Viana-Aguilar de Codés
F.P-N/D.N. - Domingo, 31 de Marzo de 2013 - Actualizado a las 05:03h
Los bomberos socorren a las cuatro personas que quedaron atrapadas en su todoterreno al paso del río Alhama por Cintruénigo. (EMILIO SARASA)
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PAMPLONA. Las fuertes lluvias de los últimos días han provocado el cierre de dos carreteras de la red principal. La N-113 (Pamplona-Madrid) volvió a cerrarse el pasado viernes por desbordamiento del río Ebro en Castejón. Por otro lado, dos de los tres carriles de la Autovía del Camino (A-21) a la altura de Mañeru permanecen cerrados por desprendimiento.
En concreto, los carriles de la A-21 cerrados están en el kilómetro 24, dirección Logroño. Sobre las 10.00 horas de ayer y hasta las 18.30, el tramo que une Puente la Reina con Mañeru estuvo cerrado al tráfico, por lo que la circulación fue desviada entre los enlaces de Mendigorría y Mañeru por la carretera N-1110 (Galar-Viana).
Así mismo, la carretera N-113 (Pamplona-Madrid) volvió a cerrarse el pasado viernes por desbordamiento del río Ebro en el punto kilométrico 75, a la altura de Castejón.
CIERRE CONSTANTE Desde el 1 de enero, esta carretera nacional ha permanecido cerrada al tráfico por inundaciones durante casi 60 días, una dato que pese a parecer llamativo no lo es tanto, ya que en cada inundación la vía se anega, dificultando el paso de camiones y trabajadores de Castejón que han de ir a Cadreita y Milagro.
Desde el 1 de enero, la nacional Pamplona-Madrid ha estado unos 60 días cerrada por inundaciones
A pesar de que en numerosas ocasiones los alcaldes de Arguedas, Valtierra y Castejón han llamado la atención de Fomento y del Gobierno de Navarra por la continuidad en los cortes de esta carretera, desde el Ejecutivo se niegan a levantar el asfalto para evitar que el río Ebro lo inunde en cada crecida. El mal estado en que se encuentran los diques del río Ebro en Castejón, Valtierra, Ribaforada, Cabanillas y Cadreita hace que los daños y afecciones se multipliquen, creando dificultades con mucha menor altura del río Ebro.
Como prueba, el 20 de enero, la carretera N-113 se cortó en el kilómetro 75 con una altura de 6,60 metros en Castejón. El pasado viernes, día del último corte, la altura era de 5,50 metros. Las protestas de municipios afectados por estos cierres no han servido para evitar que se estas riadas se sigan produciendo.
El proyecto que anunció en su día el Gobierno Foral para elevar este tramo de la carretera fue finalmente descartado por su elevado coste. Por el contrario se creó un semienlace en la AP-15 a la altura de Valtierra gratuito, que desde entonces es la alternativa a los conductores cuando se corta la N-113.
RED SECUNDARIA En la red secundaria, la NA-132A (Estella-Vitoria) mantiene el paso alternativo entre los kilómetros 8,5 y 19,5 por la presencia de balsas de agua en la calzada. También permanece cortada la NA-6115 (Muniáin-Morentin) en el pk. 0,97 por hundimiento en la calzada y la NA-7230 (Viana-Aguilar de Codés) en el kilómetro 6,1 por desprendimiento.
Por otra parte, la NA-137 (Burgui-Isaba-Francia) fue reabierta al tráfico ayer por la tarde después de unas horas en las que era necesario el uso de cadenas o neumáticos de invierno a partir del kilómetro 55, El Ferial, en el puerto de Belagua.
El Gobierno de Navarra recomienda a los conductores precaución al volante ante las balsas e inundaciones en la calzada que pueden provocar las fuertes lluvias. Además, Navarra se encuentra en alerta amarilla por viento.
las claves
Los alcaldes de Castejón, Tudela, Fontellas, Ribaforada y Buñuel han pasado esta madrugada con el ojo puesto en el paso del río Ebro por sus municipios. La Agencia Navarra de Emergencias (ANE) alertó ayer a los líderes de los ayuntamientos del valle por el posible riesgo de desbordamiento del río, debido a una crecida que se esperaba, en su mayor punto, a las 3.00 horas en Castejón. Pese a que la ANE incidió que no se esperaba una gran riada, puesto que la avenida no alcanzaría la magnitud de las registradas durante los meses de enero y febrero, los diques y muros de contención están dañados por las riadas de los meses pasados, por lo que la crecida combinada del Aragón y del Ebro, con la aportación del río Ega, podría traducirse en desbordamientos e inundaciones.
