Inicio del recorrido |
Balsa de Barcelosa desde la "meseta" Altos de Canraso. |
Hacia la potabilizadora. |
Río Ebro. |
Al fondo Plana de la Negra. |
En el día de hoy he iniciado esta ruta en la potabilizadora de Tudela. Se accede a ella por una empinada cuesta que se inicia en el barrio de la Virgen de la Cabeza, por la calle Guillermo de Tudela, y dejando atrás el Corazón de Jesús. Esta cuesta es transitada con cierta asiduidad por ciclistas que ponen a prueba sus fuerzas con el importante desnivel. Una vez en las instalaciones de la potabilizadora, he iniciado el camino de descenso hasta el punto de inicio “oficial” de la ruta. Situado en un improvisado aparcamiento cercano a una antigua pista de karts (hoy en día en estado de ruinas), a la que se puede acceder también, por el punto kilométrico 2,8 de la carretera que iniciándose en el puente del Ebro lleva hasta la Ebroquímica.
Una vez en la parte baja (inicio “oficial” del recorrido) de nuevo he comenzado a remontar el camino que lleva hasta la balsa de Barcelosa. Dejada atrás esta, una pista asciende hasta la “meseta” de los Altos de Canraso. El camino está convenientemente señalizado con marcas verdes y blancas.
La primera de las vistas que se observa una vez alcanzada la parte superior, es un parque de placas solares dispuestas en perfecta formación y en la mejor de las posiciones con respecto al lugar que en cada momento ocupa el sol. El viento se hace notar en todo su esplendor en esta parte alta. Es zona de cazadores.
Desde esta “meseta”, se pueden observar excelentes vistas de las vegas del Ebro. La vista alcanza hasta las Bardenas. He logrado distinguir desde aquí la Plana de la Negra. Desde este punto elevado, todas las cosas toman otra dimensión. He tenido la sensación, al mirar hacia abajo, que me encontraba ante una maqueta. El río Ebro con su corriente serpenteante. El tren de mercancías asemejándose desde allí a un “trenecito” del excalestric. El puente sobre el río Ebro. Y hasta el Corazón de Jesús, tan acostumbrado a verlo en una posición elevada sobre nuestras cabezas, se hace más “chico” desde allí.
La pista llega recorridos unos tres kilómetros y medio de nuevo hasta la potabilizadora. El camino es bastante pedregoso y con fuerte viento, lo que en principio desaconseja hacerlo en bicicleta, aunque es viable esa posibilidad. Poco antes de llegar a las instalaciones de la potabilizadora, me he cruzado con otro caminante que bastón en mano iba con una paso más ligero que el mío.
Desde ese punto se inicia el descenso. A la derecha se puede observar el polígono industrial de Canraso. Más al fondo, la silueta del Moncayo. Poco a poco va apareciendo en el horizonte el caserío de Tudela, con la torre de la catedral sobresaliendo sobre los tejados y las cigüeñas revoloteando sobre el conjunto.
Distancia estimada: 14-15 kilómetros en total.
Tiempo: Tres horas.